jueves, 28 de agosto de 2008

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Ojala les guste como salgo...





Curriculum Vitae


Datos Personales


Nombre: Manuel Javier Rodríguez Erdoiza
Edad: 223 años al 2008
Fecha de nacimiento: 25 de febrero de 1785.
Nombre del padre: Carlos Rodríguez de Herrera, español.
Nombre de la Madre: María Loreto de Erdoyza y Aguirre, peruana.


Estudios


-Primeros estudios: en el Colegio de San Carlos,
-Estudios superiores: en la Real Universidad de San Felipe, recibí mi doctorado en Leyes en 1804, estudié Filosofía y cánones recibiendo en 1809 el grado de doctor y el título de abogado por la Real Audiencia.
-En 1810, comencé a manifestar mis simpatías hacia la causa revolucionaria en la cual desde 1811 coincidiría con su compañero de colegio, José Miguel Carrera.


Experiencia Laboral


-En 1811, el Cabildo de Santiago me nombró Procurador de la ciudad. El mismo año el partido de Talca me eligió diputado y el gobierno me nombró secretario de Estado en la cartera de Guerra.
-El 10 de agosto de 1814 fui nombrado secretario de gobierno y Ministro de Hacienda.
-Colaboré al Ejército Libertador de los Andes, recogiendo y proporcionando informaciones a San Martín y O'Higgins que favorecieron la causa de la Independencia.
-San Martín, me confirió el grado de Teniente Coronel y la destinación como Auxiliar del Estado Mayor.
-Posteriormente, el 15 de diciembre de 1817, San Martín me nombró Auditor de Guerra.
-El 21 de marzo de 1818 fui nombrado Edecán del gobierno.
-Combatí en la Batalla de Maipú al frente del Escuadrón Húsares de la Muerte por él formado.

jueves, 14 de agosto de 2008

"Mi Historia"

Mi niñez
Nací en Santiago el 25 de febrero de 1785. Mis padres fueron María Loreto de Erdoyza y Aguirre, de nacionalidad peruana, y Carlos Rodríguez de Herrera, de nacionalidad española.
Realice mis primeros estudios en el Colegio de San Carlos, donde de inmediato me destaqué por mi carácter vivaz e inquieto y por mis aptitudes intelectuales. El rector de aquel establecimiento decía siempre que yo "era filósofo y en cada función literaria que sostenía, así como en las conferencias privadas del colegio... fue siempre consiguiente su acierto, lo que confirmaba muy bien la juiciosidad, aplicación y celo con que se manejó en las obligaciones particulares a su instituto..." .

Mi Juventud

Seguí mis estudios superiores en la Real Universidad de San Felipe, recibiendo un doctorado en Leyes en 1804, el mismo año en que me recibí como abogado por la Real Audiencia.
En 1810, empezé a manifestar mis simpatías hacia la causa revolucionaria en la cual desde 1811 coincidiría con mi compañero de colegio, José Miguel Carrera. En mayo de ese año, fuí nombrado procurador del Cabildo de Santiago, cargo que desempeñe por breve tiempo: el golpe de Estado de noviembre me llevó a la diputación por Santiago ante el Congreso y a los pocos días fuí nombrado secretario de Estado en la cartera de Guerra.

En 1813, fuí nombrado secretario particular por mi amigo José Miguel Carrera. Una sombra de duda se posó sobre nuestra amistad en enero de ese mismo año, cuando yo fuí acusado de participar en una conjura contra el caudillo militar, pero en 1814 volví a ocupar el mismo cargo.
Tras la Batalla de Rancagua, debí emigrar a Mendoza, desde donde inicié una serie de actividades de espionaje y correrías que me transformaron en uno de los personajes míticos de la historia Chile.
En un plano objetivo, las funciones que desarrolle en Chile consistían fundamentalmente en el traspaso de información acerca del estado de las tropas realistas. Asimismo, mi misión era realizar acciones de distracción que indicaran que el grueso del Ejército de Los Andes cruzaría la cordillera por el paso del Planchón, provocando así una desconcentración de aquellas tropas, que en su mayoría se encontraban acuarteladas en la Zona Central.
Anécdotas

Tras ser perseguido por tropas realistas, me refugié en el convento de Apoquindo de los frailes dominicos, y disfrazado de monje, conduje a mis perseguidores por todas las dependencias del recinto.
También, en una oportunidad, fingiendo ser un pordiosero, llegué a abrir la puerta del carruaje que conducía al Gobernador Marcó del Pont, quien en agradecimiento por aquel gesto me llegó a dar propina.
En otro hecho, encontrándome en una zona rural, simulé ser un campesino castigado en el cepo por su embriaguez para despistar a quienes me perseguían.
En enero de 1817, estando ya próximo el arribo del ejército comandado por San Martín, asalté el poblado de Melipilla y luego me dirigí a repetir esta operación en San Fernando.

"Fuí un problema para O'Higgins..."

Todos estos hechos me fueron transformando en una especie de héroe popular que, dados mis antecedentes carrerinos, podía llegar a ser un elemento difícil de manejar para el nuevo gobierno encabezado por Bernardo O"Higgins. Por esta razón me ofrecieron una misión diplomática en Estados Unidos, pero la rechazé, uniéndome entonces al ejército con el grado de teniente coronel.
Siempre tuve un carácter apasionado y esto me acarreó algunos problemas. En 1817, ocupé San Fernando y cambié a las autoridades locales, hecho que no fue aceptado por el gobierno. Hilarión de la Quintana, Director Supremo interino en ausencia de O'Higgins, ordenó que me detubieran acusándome de preparar una conspiración en favor de José Miguel Carrera. Tras algunos meses en prisión, fuí liberado por orden del general San Martín, quien me nombró auditor de guerra del Ejército.
"¡Aún tenemos patria, ciudadanos!", dije.
Me encontraba en Santiago cuando a la capital llegó la noticia del Desastre de Cancha Rayada (1818). Alenté a todo el mundo con el grito de "¡Aún tenemos patria, ciudadanos!" y organizé un nuevo escuadrón militar, los Húsares de la Muerte. Durante 48 horas ejercí como interino, y por designación popular, el cargo de Director Supremo, gesto que se consideró peligroso para el gobernante titular.
Una vez que retornó la tranquilidad tras la Batalla de Maipú (5 de abril de 1818), se ordenó la disolución de los Húsares de la Muerte...