jueves, 14 de agosto de 2008

"Mi Historia"

Mi niñez
Nací en Santiago el 25 de febrero de 1785. Mis padres fueron María Loreto de Erdoyza y Aguirre, de nacionalidad peruana, y Carlos Rodríguez de Herrera, de nacionalidad española.
Realice mis primeros estudios en el Colegio de San Carlos, donde de inmediato me destaqué por mi carácter vivaz e inquieto y por mis aptitudes intelectuales. El rector de aquel establecimiento decía siempre que yo "era filósofo y en cada función literaria que sostenía, así como en las conferencias privadas del colegio... fue siempre consiguiente su acierto, lo que confirmaba muy bien la juiciosidad, aplicación y celo con que se manejó en las obligaciones particulares a su instituto..." .

Mi Juventud

Seguí mis estudios superiores en la Real Universidad de San Felipe, recibiendo un doctorado en Leyes en 1804, el mismo año en que me recibí como abogado por la Real Audiencia.
En 1810, empezé a manifestar mis simpatías hacia la causa revolucionaria en la cual desde 1811 coincidiría con mi compañero de colegio, José Miguel Carrera. En mayo de ese año, fuí nombrado procurador del Cabildo de Santiago, cargo que desempeñe por breve tiempo: el golpe de Estado de noviembre me llevó a la diputación por Santiago ante el Congreso y a los pocos días fuí nombrado secretario de Estado en la cartera de Guerra.

En 1813, fuí nombrado secretario particular por mi amigo José Miguel Carrera. Una sombra de duda se posó sobre nuestra amistad en enero de ese mismo año, cuando yo fuí acusado de participar en una conjura contra el caudillo militar, pero en 1814 volví a ocupar el mismo cargo.
Tras la Batalla de Rancagua, debí emigrar a Mendoza, desde donde inicié una serie de actividades de espionaje y correrías que me transformaron en uno de los personajes míticos de la historia Chile.
En un plano objetivo, las funciones que desarrolle en Chile consistían fundamentalmente en el traspaso de información acerca del estado de las tropas realistas. Asimismo, mi misión era realizar acciones de distracción que indicaran que el grueso del Ejército de Los Andes cruzaría la cordillera por el paso del Planchón, provocando así una desconcentración de aquellas tropas, que en su mayoría se encontraban acuarteladas en la Zona Central.
Anécdotas

Tras ser perseguido por tropas realistas, me refugié en el convento de Apoquindo de los frailes dominicos, y disfrazado de monje, conduje a mis perseguidores por todas las dependencias del recinto.
También, en una oportunidad, fingiendo ser un pordiosero, llegué a abrir la puerta del carruaje que conducía al Gobernador Marcó del Pont, quien en agradecimiento por aquel gesto me llegó a dar propina.
En otro hecho, encontrándome en una zona rural, simulé ser un campesino castigado en el cepo por su embriaguez para despistar a quienes me perseguían.
En enero de 1817, estando ya próximo el arribo del ejército comandado por San Martín, asalté el poblado de Melipilla y luego me dirigí a repetir esta operación en San Fernando.

"Fuí un problema para O'Higgins..."

Todos estos hechos me fueron transformando en una especie de héroe popular que, dados mis antecedentes carrerinos, podía llegar a ser un elemento difícil de manejar para el nuevo gobierno encabezado por Bernardo O"Higgins. Por esta razón me ofrecieron una misión diplomática en Estados Unidos, pero la rechazé, uniéndome entonces al ejército con el grado de teniente coronel.
Siempre tuve un carácter apasionado y esto me acarreó algunos problemas. En 1817, ocupé San Fernando y cambié a las autoridades locales, hecho que no fue aceptado por el gobierno. Hilarión de la Quintana, Director Supremo interino en ausencia de O'Higgins, ordenó que me detubieran acusándome de preparar una conspiración en favor de José Miguel Carrera. Tras algunos meses en prisión, fuí liberado por orden del general San Martín, quien me nombró auditor de guerra del Ejército.
"¡Aún tenemos patria, ciudadanos!", dije.
Me encontraba en Santiago cuando a la capital llegó la noticia del Desastre de Cancha Rayada (1818). Alenté a todo el mundo con el grito de "¡Aún tenemos patria, ciudadanos!" y organizé un nuevo escuadrón militar, los Húsares de la Muerte. Durante 48 horas ejercí como interino, y por designación popular, el cargo de Director Supremo, gesto que se consideró peligroso para el gobernante titular.
Una vez que retornó la tranquilidad tras la Batalla de Maipú (5 de abril de 1818), se ordenó la disolución de los Húsares de la Muerte...

7 comentarios:

Equipo Coordinador dijo...

Me alegro que hayan logrado publicar su blog. Falta agregar detalles, pero va bien. Pueden incluir algún video de su vida (reportaje o película)pueden visitar educarchile.cl, donde verán su encuesta por el bicentenario. También pueden visitar memoriachilena.cl. Sigan en el proyecto, felicitaciones.
Profe Carlos

Bernardo O'higgins dijo...

Hola Manuel..
Bueno, por razones bastante importantes estamos juntos (aunque no me gustaria), tu sabes que no me identifican tus ideales.....
Pero aun asi debemos luchar por la independencia, aunque no aseguro lealtad.....

Atte.
Bernardo O'higgins Riquelme
padre de la Patria

José Miguel Carrera dijo...

Hola mi inseparable compañero de aventuras.Es un gusto pasar por tu blog para recordar todas esas travesuras en el cerro Santa Lucia, la plaza de armas, el barrio de la Chimba y todo Santiago... que tiempos aquellos, quien iba a pensar que esas andanzas se convertirian mas tarde en una gran amistad de lucha por nuestra patria querida.
Espero que tus fiestas patrias celebremos lo que con nuestro esfuerzo logramos...
¡¡¡La independencia de Chile!!!
Hasta pronto...
Pasa por mi BLOG.

José Manuel Balmaceda Fernández dijo...

Hola Rodriguez
Muy bueno eso de que las niñas chicas empiezen a reconocer tu labor, pero me preguntaba ¿Cuantos hijos tuviste?, espero de que pases por mi blog y que estes bien, me despido con fuerte abrazo José Manuel Balmaceda Fernández

José Miguel Carrera dijo...

Hola mi querido amigo, espero que al momento de leer este mensaje te encuentres muy bien solo paso por tu Blog para dejarte un fraternal saludo de amistad.
Aun recuerdo las aventuras que deje en el comentario anterior... las recuerdas??...Yo no las puedo olvidar...
Bueno, me despido con esperanzas de que dejes un comentario en mi Blog…...
Hasta pronto...

Diego.Portales dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Bernardo O'higgins dijo...

Manuel Rodriguez más que O'higgins??? jah! no me hagan reir, simplemente eres un delincuente que se interpuso en mi camino.....aunque me podrias servir en mi lucha.....no lo se.....lo voy a pensar muy bien.........